Autismo en contexto: intervención en domicilio

Intervención individualizada es autismo en contexto. Primero vamos a ver cómo las familias avanzan poco a poco en la intervención con sus hijos con autismo. Después veremos cómo conseguir sus objetivos de autonomía e independencia.

La autonomía es el verdadero objetivo que todas las familias tenemos. Pensar que nuestros hijos serán adultos con los máximos logros de independencia conseguidos, en la medida de sus posibilidades y desarrollo.

Vimos el curso anterior como los profesores y terapeutas nombran en sus programaciones términos como:

  • desarrollo de la motricidad fina
  • coordinación ojo-mano
  • lenguaje receptivo
  • lenguaje expresivo
  • entrenamiento de funciones ejecutivas

Después resulta que son objetivos trabajados en el día a día en el contexto del hogar.

Lenguaje

Comunicación y lenguaje. Un niño o niña se puede comunicar de muchas formas. Hace saber a sus padres lo que quiere, o lo que necesita en un momento determinado.

Pero no utiliza las palabras, no tiene lenguaje verbal. Tiene a su favor la intención comunicativa: si hace partícipes a sus padres de su necesidad. Pero… a veces el método no es el más adecuado. Puede ser que lo haga gritando cuando algo le molesta mucho, o tirando algún objeto para hacer saber que eso no lo quiere. En estas conductas valoramos como importante la necesidad de comunicarse con su entorno, y nos fijamos claramente que su procedimiento no es el adecuado.

Como dijimos en la anterior entrada, es importante la observación que hacen los padres de sus hijos, son los que mejor los conocen. Partiendo de ahí, tenemos claro que es necesario darles un método de comunicación adecuado.

Por un lado, está desarrollando lenguaje comprensivo, sabemos que cada vez más es capaz de comprender lo que le dicen sus padres, ellos lo constatan cuando es capaz de seguir sus instrucciones, por ejemplo: María dame el vaso grande, y ella se lo lleva a su papa.

Como expresar

¿Y cómo hace María para expresarnos sus deseos o necesidades? por un lado está familiarizada con los pictos, son su ayuda visual, los utiliza para sus secuencias y rutinas, también para pedir. Por otro lado, pensemos que el lenguaje va mucho más allá de la expresión de necesidades o peticiones.

Los niños tienen su pequeño círculo social y compartirlo con sus padres será un gran avance en el proceso de comunicación. Por ejemplo, cuando vuelven del colegio y poder llegar a contar lo que ha pasado esa mañana. También si algo le duele, poder decírselo a sus padres es otro gran logro.

Sistemas de comunicación

Para ello necesita un sistema de comunicación, que le permita avanzar en la comunicación.

Un tablero con pictos para peticiones, es un elemento muy básico. Lo utilizamos en el inicio para dar ayudas visuales ante necesidades perentorias y que los niños tengan un medio de hacer saber su estado. Después iniciamos la implantación de un sistema alternativo de comunicación, dependerá de cada niño.

En el caso de María ha sido iniciada en el uso de PECS, y por tanto, sabe elegir el picto y montar la tira frase “yo quiero …”, para hacernos llegar su necesidad.

También es capaz de comprender el NO. Sus padres le hacen saber cuando algo no está disponible. Se lo comunican en su tablero de sus peticiones o en su cuaderno utilizando el X roja sobre la imagen. Es un código ya aprendido.

Pero en este momento nos hemos planteado avanzar en este proceso de lenguaje expresivo, con las ayudas que precise para avanzar. Por eso ponemos junto con sus padres en marcha un comunicador.

Comunicar con imágenes

Primero tiene que aprender a utilizar el instrumento de comunicación que va a utilizar, en este caso su comunicador en Tablet o iPad.

El motivo de elegir este soporte también está en la mayor versatilidad de uso. Ya hemos comentado, abrir nuevas hitos en su lenguaje y su expresión.

Para aprender a utilizar el comunicador María necesita tener muchos momentos de enseñanza, y es lo que sus padres le están dando en estos días.

Ellos han aprendido primero a utilizarlo, con nuestro apoyo y formación, y en casa cada vez que se dirigen a María y le dicen algo, se lo dicen como siempre: con palabras habladas y también se lo “dicen visualmente”, utilizando el comunicador para marcar las palabras que expresan. De esta forma (modelado) María puede aprender a utilizar su comunicador de forma eficaz.

Poco a poco lo conseguimos

Partimos de palabras esenciales, que ya tiene adquiridas. Y vamos incrementando poco a poco su vocabulario, introduciendo los nuevos términos que van apareciendo en el día a día. De forma natural, María adquiere y generaliza esas palabras. Algún día llegará al objetivo final: contarnos un hecho.

Ese anhelado deseo de muchos padres de niños con autismo, que cuando su hijo es capaz de hacer esa narración (aunque sea con dos palabras y algún gesto) es un hito fundamental para su avance en comunicación. Y vaya, que alegría nos da a todos y como lo celebramos.

Aprendemos en casa

Por tanto, descubrimos que el contexto del hogar es un lugar formidable para aprender lenguaje. También para reforzar toda la intervención que estaba haciendo en sus sesiones de intervención; con objetivos más dirigidos y marcados pero que luego es fundamental generalizar.

Y se generaliza en los distintos ámbitos donde los niños viven. ¿De qué le puede servir a un niño decir “lápiz rojo” en sesión si luego en el colegio quiere pintar con el rojo y solo llega a hacer alguna conducta inadecuada para coger el lápiz rojo? El lenguaje se aprende, se entrena en contexto, por eso el apoyo familiar es fundamental, básico, para conseguirlo.

Además, en casa se usan en muchos momentos términos relacionados con sus objetivos escolares: colores, contar, trazos, pintar…

Comunicar jugando

El lenguaje también se enriquece, y mucho, en las situaciones de juego.

María tiene muchos juguetes. A veces nos decís: no juega con nada, solo se entretiene con la Tablet.

Pero a los niños hay que enseñarles a jugar jugando con ellos. Tal vez le gusten los estímulos visuales, podemos jugar con muñecos, que hacen cosas, como pintar “igual que María”, o abrir la boca grande, grande… como un lobo.

Fijaros como en dos ejemplos pequeños sacamos pautas de avance en su lenguaje: grande, colores, verbos…

Y, sobre todo, ponernos a su lado y hacer cosas para que nos sigan. Esos momentos si que son valiosos, porque ponemos en juego el mecanismo de la imitación, fundamental para el aprendizaje. Aprendemos haciendo lo mismo que hace otro: lo miramos, y seguimos sus pasos.

Seguir al niño en su creación, aunque no se ajuste a lo que nosotros esperamos, nos ayudará a comprenderlo cada vez más. Y también nos llevará a integrarnos cada vez más con él y su mundo.

O también podemos hacer juegos diferentes, con arena, escondiendo elementos entre materiales que le guste tocar, para buscar un elemento determinado. ¿Y si escondemos letras en la arena? Descubrirlas y montar una palabra con ellas puede ser muy motivador para aceptar las letras y comenzar a integrarlas en aprendizajes de lectura.

Nos sentimos bien en casa

En casa también hay momentos muy mágicos para estar con papá y mamá participando en actividades muy reforzantes.

A María le gustan muchos las pizzas. Es una fiesta ponerse al lado de sus padres y añadir a la pizza los ingredientes que le van diciendo. También se los marcan en el comunicador: 3 cucharadas de tomate, queso rallado… Oímos, vemos en el comunicador y hacemos.

En un mismo tiempo de compartir con la niña, intervienen los procesos de motricidad fina, lenguaje comprensivo y expresivo.

Y sobre todo, el permanecer muy a gusto al lado de su mama o papa, siguiendo sus instrucciones. ¿Sabes lo que eso significa?

  • estará acostumbrada a seguir las pautas que sus padres le marcan.
  • se ha creado una relación de juego y diversión que la llevará a aceptar otras instrucciones en otros momentos.
  • favorecerá el control de su conducta en momentos complicados,
    • al volver a comprar en el súper
    • cuando pasen por la calle de la juguetería pero no pueda entrar, porque hoy noca
    • cuando haya que salir del parque…

La familia como agente de cambio

Con esto queremos exponer que los procesos de enseñanza no son exclusivos de los especialistas, maestros o terapeutas. Que los niños aprenden en su entorno, con su familia, fundamentalmente.

La casa es el lugar donde poder generalizar muchos de estos aprendizajes. En un principio nos parecen montañas altísimas que subir, pero que con marcha regular conseguimos alcanzar.

Y siempre llegar al final de un día intenso, buscar un momento de relax. Ese momento para comprender la necesidad sensorial de tacto de su hija. Aprovechar ese momento mágico para un buen masaje.

El masaje le permitirá encontrar la serenidad necesaria para ir a dormir. Conseguir sustituir los gritos y llantos que antes había.

Todo esto es un ejemplo de lo que es aprender en contexto.

Y de cómo desde la evidencia y la formación, colaboramos con las familias para conseguir entornos más positivos, tanto para los niños como para sus familias.

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